viernes, 11 de febrero de 2011

Julieta Venegas, el FIB y el lugar de cada uno


Hace unos días se anunciaba la presencia de Julieta Venegas en el próximo festival de Beniccasim. La noticia, como era de esperar, generó cierta controversia (una de esas controversias de ahora, polemiquitas de andar por casa que solo trasciende en círculos muy reducidos y por tiempo limitado, exactamente hasta la próxima metedura de pata de algún famoso en twitter)

Los bandos estaban claros: en un rincón los talibanes indies y por otro los “todo vale”. Cada grupo con sus argumentos, sus exabruptos, sus chistes sin gracia y sus piques absurdos. A medida que iba leyendo los comentarios de unos y otros, se me iban viniendo a la mente algunas reflexiones:

a) El FIB debería haberse quitado la “I” de en medio hace tiempo. Sin complejos y sin estupideces. Es un festival de grupos que algún día fuero independientes, pero que hace tiempo que dejaron de serlo. Y no pasa nada. Es bueno para la música que haya esas diferencias, es bueno para todos que haya rock de estadio y AOR digerible y lo-fi grabado con cuatro pistas. Todo eso es bueno para la música, siempre y cuando sepamos colocar cada cosa en su lugar.

b) En seguida recordé la canción de Los Directivos. Sí, esa que lleva por título ‘La tortura’ y arranca con los versos “¿Qué coño hace Vetusta Morla encabezando festivales de moda? En mis tiempos no pasaba esto, lo indie era lo indie y el resto era el resto” Más claro, el agua.

c) Por último recordé algo que había leído hace algún tiempo. Era un artículo sobre el proto-rock-progresivo en España a finales de los 60 y principios de los 70. Pongámonos en antecedentes. La discográfica Als 4 Vents surge como una hermosa anomalía en pleno año 69. En ella graban sus propios trabajos gente como Máquina!, Smash, Pau Riba o Jaume Sisa. Ese mismo año 69 nace un fenómeno peligroso e indestructible (tan indestructible como que ha llegado intacto hasta nuestros días): la canción del verano. La primera canción del verano es ‘María Isabel’ de…. También es en ese año mágico de 1969 cuando el Imperio Español logra volver a brillar con fuerza, consiguiendo el éxito sin precedentes de ganar el festival de Eurovisión (ya saben, Masiel y su ‘La, la, la’) Pues bien, en ese contexto esto es lo que dicen en un comunicado los responsables del citado sello Als 4 Vents:

“Hace falta que, en lo posible, el underground siga siendo subterráneo (clandestino, podríamos decir) Y ahora ya, desconfiad del underground de bombo y platillo, y del que saldrá en Eurovisión. O es underground, o es otra cosa” Las cosas claras. Y en 1969, año en el que te podían meter en el talego solo por tener el pelo un poco largo (gracias a la tristemente famosa Ley de Vagos y Maleantes)

Es tan cojonuda la sentencia, tan clarividente, que es totalmente extrapolable a la actualidad. Traducido al año 2011 sería algo así:

Hace falta que, en la medida de lo posible, la música indie siga siendo subterránea (clandestina, podríamos decir) Y ahora ya, desconfiad del indie de gafas de pasta y pantalón pitillo; desconfiad de la portada del rock de lux y de los cabezas de cartel del FIB; desconfiad de los revivals que nos van colocando en estricto orden cronológico. O es indie o es otra cosa”

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